miércoles, 29 de febrero de 2012


Sociedad de la información


Por: Atkinson Briceño T

La velocidad con la que se producen los cambios a nivel tecnológico es avasallante, este es un fenómeno que nos engloba por distintos elementos: necesidad, interés, curiosidad, ambición, moda y en algunos casos hasta obligación. Nos vemos obligados a seguir el rumbo de los nuevos avances y exigencias en el plano de la tecnología o de lo contrario, simplemente nos quedamos aislados en el proceso de transformación del cual todos somos protagonistas.

No es una utopía pensar que con el pasar de los años, todas exactamente todas nuestras actividades cotidianas tengan una implicación de la tecnología para el manejo de sus procesos y su funcionamiento. Por tal razón, es imperiosa la necesidad y el mandamiento divino de tener como aliadas a las Tecnologías de la Información y Comunicación como sustento que se traduzca en la calidad de nuestras vidas.

En la educación, la medicina, los negocios, los procesos de comunicación y hasta en la comodidad de nuestro hogar, allí también, hay cabida para la convivencia del internet con nuestras vidas. En este sentido, muchos países están trabajando en reducir al máximo la brecha digital que es una de las barreras que se interponen en el éxito de las sociedades de la información.

En una sociedad de la información el tedio burocrático queda totalmente aislado de los procesos administrativos y las necesidades legales que pueda tener una comunidad, pues lo que se busca es facilitar la vida de los ciudadanos en todo sentido. En un conjunto de habitantes con dominio en las tecnologías de la información, su evolución es más cercana y la sustentabilidad de todos sus recursos se mantiene constante.

Con relación a la educación, hay un fenómeno que es perceptible en esta nueva era del conocimiento y es que estamos inmersos en una revolución científica y tecnológica en donde el sector de servicios, generación, almacenamiento y procesamiento de la información funge como motor de la economía globalizada; en este sentido el sistema educativo se coloca en el centro de la escena como herramienta crucial para el desarrollo de las sociedades.

Para considerar una sociedad de la información propiamente constituida, es necesario un cambio en las formas de pensar y culturas ortodoxas para dar paso a sociedades modernas y la vanguardia de la demanda que exige el acoplamiento con la tecnología.

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